El Maracuyá, fruto de origen amazónico, fue descubierto en el Perú hace más de cuatro siglos, exactamente en 1569, cuando un médico español de apellido Monardes escribió y documentó sobre el uso que daban los indígenas al fruto y a la planta, fue así como llegó al viejo continente el conocimiento sobre esta fruta y sus propiedades.
Esta fruta, también es conocida como la fruta de la pasión, es un cítrico que al madurar suma azucares naturales y crece en sabor; es rico en minerales como potasio, hierro, magnesio, calcio y fosforo. También en vitamina A y C. Es recomendado para mejorar afecciones del pelo, la piel, las mucosas, los huesos, la visión y el sistema inmunológico. Es un potente antioxidante. Su alto contenido en niacina permite que sea un buen regulador del colesterol y un efectivo tranquilizante para el sistema nervioso.
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